Quienes visitan Polonia viven más de una experiencia inolvidable. Pocos países cuentan con una historia tan convulsa a la vez que atractiva y con tantas ciudades, algunas completamente desconocidas, repletas de tesoros. Situada en el centro de Europa, limita con Alemania al oeste, con la República Checa y Eslovaquia al sur, con Ucrania y Bielorrusia al este y con Lituania al norte. Cuenta con varios aeropuertos y también se puede llegar por carretera. De hecho, si alquila un coche en Polonia, podrá recorrer el país a su ritmo. Puede empezar, por ejemplo, por la capital, Varsovia.
Varsovia, a orillas del río Vístula, es mucho más que la capital de Polonia. Es todo un símbolo en Europa por cómo ha sabido recuperarse tras la II Guerra Mundial. Con casi 1,7 millones de habitantes, se ubica en el centro del país y es un buen lugar para comenzar la ruta tras alquilar un coche en Polonia. La siguiente parada puede ser Cracovia, la antigua capital del país y la que muchos consideran la ciudad más bella de Europa. Desde aquí, además, puede acceder fácilmente a otros dos destinos únicos: las minas de sal de Wieliczka y el campo de concentración nazi Auschwitz-Birkenau. Pero todavía hay más. Le esperan ciudades señoriales como Gdansk y otras desconocidas pero sorprendentes como Poznan.
Para conducir en Polonia es obligatorio llevar las luces del coche encendidas incluso de día. Y si conduce por la ciudad, no olvide que los tranvías siempre tienen preferencia. En las autopistas, la velocidad máxima es de 130 kilómetros por hora. En el trayecto, es probable que encuentre tenderetes de lugareños que aprovechan las carreteras para vender frutas y hortalizas a los conductores. Suelen ser productos naturales y baratos. También es habitual ver carteles anunciando alojamientos, como un "noclegi", una especie de hotel o pensión, o un "pokoje goscinne", más similar a una habitación para dormir.