En primer lugar, no se puede perder en Nantes el castillo de los Duques de Bretaña, con su muralla y puente levadizo y que fue construido en el siglo XV, acoge actualmente el museo de historia de la ciudad. Visite también la Catedral Saint-Pierre y Saint-Paul, y si lo que quiere es disfrutar de las mejores vistas de toda Nantes, suba a la Torre Bretaña. Disfrute paseando por el Pasaje Pommeraye, una antigua galería comercial de gran belleza. Los apasionados de Julio Verne podrán visitar en Nantes el museo dedicado a la obra del escritor. Por último, alquile un coche en Nantes y visite la reserva natural de Grand-Lieu.