Popularmente se dice que Sevilla tiene un color especial y quienes la conocen saben que este dicho es cierto. Es una de las ciudades más conocidas y emblemáticas de España, además de la capital de Andalucía. Por eso es también un importante destino turístico. En este artículo mostramos una cara un tanto diferente de la capital sevillana. Proponemos una ruta por sus monumentos mudéjares, aquellos que reflejan la permanencia del arte musulmán tras la Reconquista y su fusión con el resto de estilos.
La ruta debería comenzar por los dos los principales monumentos del Mudéjar en la capital sevillana. Se trata del Palacio del Rey Don Pedro, en el Real Alcázar, y de la Casa de Pilatos, un palacio andaluz ubicado en la plaza Pilatos que combina el arte mudéjar con el estilo renacentista. Sin duda, son dos joyas arquitectónicas que sirvieron de ejemplo para otros palacios. Para visitarlos, nos puede resultar muy útil alquilar un coche en Sevilla, ya que están un poco alejados de la zona norte del casco antiguo, lugar por donde continúa la ruta del mudéjar.
La siguiente parada, tras pasar las murallas almohades y adentrarnos por la antigua puerta de Bab Macarana, es la iglesia de San Gil, un templo tan desconocido como interesante que se construyó en el siglo XIII sobre el solar de una antigua mezquita. Muy cerca de allí, podremos visitar la iglesia de Santa Marina, construida en el mismo siglo y también sobre una mezquita. De ella, destaca la torre mudéjar y la cúpula de la antigua capilla del infante Don Felipe en la que se combinan la yesería y el ladrillo.
La cercana parroquia de San Marcos es otro templo con influencias mudéjares construido sobre una mezquita. Lo más reseñable es la decoración de su portada, pues alberga motivos decorativos islámicos idénticos a los que podemos apreciar en la Giralda. Se llaman “sebka”. Además, la torre, antiguo minarete de la mezquita, también es mudéjar. Otra joya de este estilo es la iglesia de Santa Catalina, aunque lleva cerrada y abandonada desde hace años. Además de en su torre, se aprecian elementos mudéjares en el artesonado de su interior.
Y así llegamos al Palacio de las Dueñas, propiedad del Ducado de Alba y fuente de inspiración de Machado. En su hermoso patio andaluz encontramos todo tipo de arcos mudéjar. Al igual que ocurre en el Palacio de los Marqueses de la Algaba, uno de los mejores exponentes del arte mudéjar civilen Sevilla. Aquí se funden piedra, ladrillo y cerámica. Actualmente, alberga el Centro de Interpretación del Arte Mudéjar con una exposición de más de cien piezas.
Son palacios, arcos, iglesias, torres, murallas… que conservan parte del pasado artístico de Sevilla y nos recuerdan sus lazos con el arte musulmán. Son huellas de la cultura mudéjar que también podemos encontrar en otros lugares de España como Zaragoza, Córdoba o Valencia, ciudades que también vale la pena visitar.