Un viaje por carretera es un tipo de aventura única. Recientemente tuve la suerte de vivir uno con Hertz (la compañía de alquiler de coches más grande del mundo) para su campaña First with Hertz. El objetivo del viaje era recorrer el mar Báltico de Alemania, las islas de Usedom y Rügen, y la ciudad hanseática de Stralsund en el coche perfecto. La aventura comenzó en el aeropuerto de Dortmund, en una de las 7.900 oficinas que Hertz tiene repartidas por todo el mundo.

Elegí un Ford Mustang descapotable. Un coche perfecto para hacer kilómetros y disfrutar del viaje por carretera. Un coche que representa como ningún otro valores como la libertad, la deportividad y la aventura. Durante los próximos cuatro días este deportivo de alto rendimiento sería mi compañero perfecto por el Mar Báltico.

El destino para la primera noche era el Strandhotel Heringdorf de cuatro estrellas, un hotel que he visitado a menudo en los últimos años, que está convenientemente situado y que me impresionó con su servicio de primera clase y su comida excepcional. Además tuve la suerte de alojarme en una habitación con vistas al mar, y aparcar mi coche de alquiler en el parking.

Después de unas siete horas de conducción, llegué a la isla báltica de Usedom justo cuando el sol se estaba poniendo. El Ford Mustang demostró ser un coche perfecto para circular por las autopistas alemanas y el tiempo pasó volando. Me las arreglé para conducir todo el tiempo excepto unas pocas paradas para romper la rutina del viaje y coger energía con café y barritas de chocolate.

La primera parada en la isla de Usedom era Kiki’s Bootverleih, una tienda de alquiler de barcos situada en Loddin, que resultó el lugar perfecto para ver la puesta de sol. Por desgracia, no tuve tiempo de contemplarla en su totalidad, ya que la cena me estaba esperando en el acogedor "Bauernstube Morgenitz" restaurante donde me sirvieron pescado blanco recién capturado - una delicadeza regional.

Con sopa de pescado casera para empezar y gelatina roja de frutas con crema de helado de vainilla para el postre, el Bauernstube Morgenitz no me decepcionó al servirnos comida tradicional, fresca y local. Lo recomendaría sin duda, pero asegúrate de reservar con antelación.

Para terminar el primer día de mi viaje, fui al safari bar del Strandhotel Heringsdorf y me di el capricho de disfrutar de un cóctel "Concorde".