Puede que no sea un país muy conocido para los españoles, pero Lituania cuenta con numerosas atracciones turísticas. Situada al norte de Europa y bañada por el mar Báltico, consiguió su independencia en 1991, tras la disolución de la Unión Soviética. Limita con Letonia, Bielorrusia y Polonia y el 34% de su superficie está cubierta de bosques, lagos y ríos. Cuenta con 3 millones de habitantes y sus dimensiones son pequeñas; su tamaño es similar al de Castilla-La Mancha. Ello lo convierte en un país ideal para recorrer sobre cuatro ruedas. Puede alquilar un coche en Lituania, visitar su capital, Vilna, y otros lugares de interés, como los parques nacionales o las playas.
En el siglo XIV el duque Gediminas acampó entre los ríos Vilnia y Neris y soñó que un gran lobo le ordenaba fundar allí una ciudad “tan poderosa como su aullido”. Es el origen de Vilna, una coqueta ciudad repleta de bosques e iglesias. A 30 kilómetros, encontrará el pueblo de Trakai. Alquile un coche en Lituania para llegar sin problemas. Aquí destaca el Castillo del lago Galves. Cada primavera lanzan cabezas sobre el agua para que se deshiele, tal y como se hacía en la Edad Media. Ahora, eso sí, son de madera. En el Parque Nacional Istmo de Curonia, a orillas del Mar Báltico, podrá subir a la duna Parnidis, de 52 metros, y ver Rusia. Visite también el puerto de Klapeida y la ciudad de Kaunas.
Si opta por conducir para moverse por Lituania podrá acceder rápida y cómodamente a las principales ciudades del país. Recuerde, además, que hay interesantes rutas para conocer lugares pintorescos y contemplar paisajes únicos. En invierno, totalmente nevados, son espectaculares. Las carreteras lituanas están en buen estado y los conductores suelen ser bastante prudentes y tranquilos al volante. Los límites de velocidad y normas de tráfico son muy similares a las de España y también hay tramos en las autopistas con peajes. Eso sí, solo afectan a vehículos de 8 o más pasajeros.